Durante la jornada desarrollada en Buenaventura, fue evidente el notable interés de los asistentes por conocer la ruta de atención del Municipio, ya que dentro de la estructura organizacional de la Alcaldía no hay una secretaría independiente dispuesta para estos temas, pues la agenda de mujer y género se encuentran adscrita a la Secretaría de Convivencia para la Sociedad Civil.
De esta manera, se evidenció la enorme brecha existente entre la institucionalidad y la población, y por ende la poca confianza hacia el sector público. Lo anterior, exacerbado por la incisión entre lo rural y lo urbano pues la gran mayoría de los asistentes al conversatorio eran personas que viven en las zonas rurales del municipio.
Así, el conversatorio y la importante intervención de la abogada, supuso un valor agregado para generar los primeros escaños para que las mujeres rurales fuesen voceras dentro de sus comunidades con esta información, pues manifestaron que varias de las mujeres de sus comunidades eran víctimas de diferentes tipos de flagelos
Durante el conversatorio liderado por Natalia Ponce de León, fue evidente que el mensaje de la campaña logró generar un cambio en la percepción de lo que es realmente el perdón y la reconciliación, pues varios de los asistentes resaltaron la importancia de iniciar los procesos de perdón con uno mismo, como primer paso para generar cambios a nivel comunitario.
Quedó en evidencia el enorme potencial de las mujeres con las que se trabajó, en la medida que la mayoría manifestaron ser lideresas de sus comunidades, razón por la cual adoptaron la información brindada en el conversatorio como una herramienta para poder transformar sus realidades inmediatas
Se resaltó la importancia de incluir e invitar a un mayor número de hombres para participar de estos espacios, con el fin de generar un público mucho más equitativo y con una participación igualitaria, pues esta información no es sólo le compete a las mujeres sino que por el contrario involucra a hombres que puedan generar verdaderos cambios estructurales en sus sociedades.
Por último, se debe tener en cuenta la importancia de abrir espacios como este para las mujeres rurales del país pues este grupo poblacional, generalmente, es el más afectado por la pobreza, en su mayoría carece de protección social, trabajos estables, y por lo mismo, son más vulnerables a hechos de violencia. Bajo este enfoque, estos escenarios como lo es el conversatorio de La Vida Renace hacen un llamado a reflexionar sobre la urgencia de empoderar e intensificar los esfuerzos de acceso a ciertos servicios e información de estas mujeres, quienes están más expuestas a la violencia y la discriminación.